huella de carbono

La huella de carbono es la herramienta para conocer cuál es nuestro impacto medioambiental. A nivel individual podemos reducirla, más las compañías y organizaciones tienen un papel esencial, por responsabilidad y por capacidad de acción

Según la definición del diccionario, \”La huella es la señal que deja el pie del hombre o del animal en la tierra por donde pasa\”. Y es cierto, nuestro tránsito por el planeta no pasa desapercibido, no está exento de carga.

Las personas, las organizaciones y empresas con su actividad, las materias primas y los residuos que todos ellos generan, ocasionan un impacto ambiental considerable. 

Meridianamente, dejamos huella.

Y si charlamos de huellas de carbón, nos vamos a centrar en una específicamente, la huella de carbono. 

La huella que dejamos debido a la emisión de gases de efecto invernadero, fruto de nuestra actividad humana.

Hay determinados datos, que nos ayudarán a dar forma y reconocer estas emociones y conectarlas con nuestra actividad.

Sabes que…

  • Una persona tira de media 50 kg de envases al año. Y estos embalajes que desechamos representan un enorme coste. Específicamente, recuperar 2 toneladas de plástico equivale a ahorrar una tonelada de petróleo.
  • Para producir una tonelada de cartón virgen hacen falta 1. leños de árboles. Si reciclaramos está tonelada, estaríamos salvando árboles, los cuáles son importantísimos para oxigenar la atmósfera, ya que son capaces de absorber CO2.
  • Por cada tonelada de vidrio reciclado se ahorran ciento treinta kilos de combustible y 1.200 kilos de materia prima.

La emisión de estos gases (GEI) tiene unas consecuencias ambientales que empeoran peligrosamente año tras año: diferencias térmicas entre el día y la noche, olas de calor y olas de frío, incremento del nivel del mar, pérdidas de hábitats, cambios del ecosistema, dificultad de abastecimiento de agua dulce, etc.

 

 

¿Qué es la huella de carbono?

La huella de carbono es la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), producidos por efecto directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto. Se expresa en toneladas de CO2.

Hoy en día, casi todas las actividades que realizamos (movilidad, nutrición, procesos de fabricación…) y recursos que consumimos y empleamos (electrodomésticos, productos del hogar, refrigeradores, …) implican un consumo de energía, lo que significa contribuir a las emisiones a la atmósfera y consecuentemente, participar en el calentamiento global del planeta.

Para reducir la huella de carbono, todos podemos realizar acciones, aun en lo personal. Se trata principalmente, de mudar ciertos hábitos y adquirir otros más respetuosos con el entorno, y consecuentemente con nosotros mismos.

Acciones individuales para reducir la huella de carbono:

Las consignas que continuar son: eludir el gasto innecesario de energía y procurar que los consumos sean lo más renovables posibles. 

Ejemplos para reducir la huella de carbono:

  • Reducir el volumen de residuos:
    • Llevar nuestra propia bolsa de lona cuando la compremos.
    • Evitar adquirir productos envasados o si compramos al peso utilizar una sola bolsa para diferentes productos.
    • Reutilizar al máximo los envases: bolsas, botellas, cajas…
    • Usar los contenedores de reciclaje apropiadamente.
  • Limitar la conducción: evitar desplazamientos que podemos hacer andando y usar otros medios de locomoción, como el transporte público, la bicicleta, el patinete eléctrico…
  • Ahorrar el consumo de energía:
    • Hacer un uso sustentable de los electrodomésticos: reducir el número de lavadoras aprovechando al máximo su capacidad, emplear programas de menor temperatura y no utilizar tanto la secadora.
    • Ajustar el termostato de los sistemas de climatización: por cada grado se ahorra entre un 5 por ciento y un 8 por ciento de electricidad.
    • Emplear bombillas de bajo consumo.
    • Desconectar los aparatos eléctricos cuando no los utilizamos, como el cargador del móvil, las pantallas de TV, ordenador… si lo dejamos conectado sigue consumiendo energía, por eso se llaman \”vampiros de energía\”.

¿Cuáles son los gases de efecto invernadero?

Los gases de efecto invernadero primordiales son:

  • Dióxido de carbono (CO2): proviene de la quema de comburentes fósiles como el petróleo, el lignito o el gas natural, substancias creadas dentro de la tierra hace millones de años y en las que se amontonó el carbono presente entonces en la atmósfera.
  • Vapor de agua (H2O): se consigue por evaporación o ebullición del agua líquida o por sublimación del hielo.
  • Metano (CH4): es el producto final de la putrefacción anaeróbica de las plantas y resulta veintitres veces más potente que el CO2.
  • Óxidos de ázoe (NOx): son múltiples compuestos químicos binarios gaseosos que se forman por la combustión a elevadas temperaturas.
  • Ozono (O3): es un compuesto gaseoso enormemente oxidante, cuyo uso primordial es la desinfección y desodorización del entorno, y para el tratamiento y purificación de aguas.
  • Clorofluorocarbonos (CFC): usados como gases refrigerantes, agentes extintores y propelentes para sprays.

Implicación global para la reducción de emisiones a la atmósfera

A raíz de esta problemática medioambiental global, hace unos años que surgieron numerosas ideas gubernativas e institucionales preocupadas por el futuro del planeta. 

Y prosiguen prestas a buscar soluciones con el máximo número de países implicados.

Hagamos un breve repaso:

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático – CNMUCC – (mil novecientos noventa y dos): una asociación de todos y cada uno de los países que son partes en la Convención.

  • El protocolo de Kioto (mil novecientos noventa y siete): es un protocolo internacional que pretende reducir las emisiones de GEI.
  • El pacto de París (dos mil quince): presenta una hoja de ruta para limitar el incremento del calentamiento del planeta.
  • Agenda 2030: lanzada por la Reunión General de la ONU, plantea uno objetivos de desarrollo sustentable.
  • Mercados de carbono:

-Mercado regulado: son las cuotas de emisiones reguladas por cada país firmante de los pactos.

-Mercado voluntario: donde participan todo género de empresas por interés propio ya sea en pro de la sostenibilidad, RSC…

  • Registro de la huella de carbono (dos mil catorce): el Consejo de Ministros aprobó un real decreto por el que se crea el registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono.

La relevancia de calcular y registrar la huella de carbono

Calcular la huella de carbono deja identificar cuáles son las primordiales fuentes de emisión de gases efecto invernadero. 

Se trata de compilar los datos referentes a los consumos de materiales y energía de una compañía y traducirlos en emisiones de CO2 equivalentes, con el fin de contar con un inventario de emisiones lo más completo y fiable posible.

Una vez calculada la huella de carbono, se guarda un registro a través de un sistema estandarizado. Los más usados son GHG Protocol e ISO catorce mil sesenta y cuatro-1. 

En el caso de productos o servicios, la medición se efectúa teniendo presente todo el ciclo vital de tal producto o servicio, y los estándares más empleados son: PAS 2050:2011 e ISO/TS 14067:2013.

Para las compañías y organizaciones, el cálculo de la huella de carbono se configura como referencia o punto de inicio. 

Su registro hace a las compañías siendo conscientes del impacto que producen y deja incorporar las acciones más eficaces para la reducción de emisiones o compensar, en el caso de no poder evitarlas, en proyectos de compensación.

Existe un método de cálculo alcanzable a todo el mundo concebido por el ingeniero francés especialista en cambio climático Jean-Marc Jancovici. 

Contribución de las compañías en la reducción de la huella de carbono

Para reducir o compensar la huella de carbono o huella ecológica, es preciso aplicar un conjunto de prácticas y actividades que aíslen o atrapen el CO2 producido de la atmósfera.

Y no se trata solo de una cuestión a nivel personal. Las empresas son agentes sociales indispensables para conseguir una transformación cara de una sociedad baja en carbono y respetuosa con el cambio climático.

De hecho, son copiosas las compañías que de manera voluntaria se han adherido al registro de la huella de carbono, y ciertas ya desean resaltar como “neutras en carbono”, esto es, aspiran a un cómputo cero de CO2.

Beneficios del cálculo de la huella de carbono para las empresas

  • Es el mejor indicador del grado de ecoeficiencia de una compañía, lo que le deja optimizar su administración.
  • Identifica posibilidades de ahorro de costos.
  • Facilita la transparencia del impacto medioambiental: permite a otras organizaciones que puedan llenar sus huellas de carbono, y deja incorporarlo como criterio de selección de distribuidores, materiales y diseño sustentable.
  • Ofrece información fiable a los usuarios.
  • Posiciona a la compañía a la cabeza en el cumplimiento de la presente legislación ambiental.
  • Es un factor diferenciador en el mercado, promocionando la sostenibilidad interna y externa.

Medidas para la reducción de la huella de carbono en las empresas

Todo comienza por un cambio de enfoque que deje instituir políticas que repercutan en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Las primordiales líneas de actuación son: la implantación de energías renovables, políticas de movilidad de los trabajadores y transporte de mercaderías, instituir tecnologías más eficaces, reducir el consumo de recursos y disminuir al mínimo los restos.

¿Cuáles son las medidas específicas que pueden aplicar las compañías?

Las empresas pueden aplicar una serie de medidas para reducir la huella de carbono, que van a tener un enorme impacto medioambiental y social.

  • Inscribirse en registros de la huella de carbono.
  • Desarrollar un Proyecto Tiempo del Fondo de Carbono para una Economía Sustentable.
  • Reducir el consumo de materias primas, energía o de productos.
  • Compensar la huella de carbono: efectuando una aportación económica voluntaria a proyectos que logran reducir una cantidad de CO2 equivalente.
  • Reducir el uso de energía:
  • Emplear lámparas de alta eficacia energética.
  • Contratar energía proveniente de fuentes renovables.
  • Cambiar los gases refrigerantes por otros con menor potencial de calentamiento global.
  • Programar el apagado y desconexión automática de los equipos.
  • Promover el trabajo flexible, para reducir el número de horas de los empleados en las instalaciones.
  • Apostar por el abastecimiento sostenible: contar con distribuidores o intercesores que asimismo tengan registrada la huella de carbono.
  • Reducir o amoldar la movilidad de los trabajadores y el transporte de mercaderías.

Políticas de movilidad y reducción de la huella de carbono

Las primordiales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero derivan de los medios de locomoción, por carretera, tren, marítimo y por cañería. 

En España el campo transporte representa el veinticinco por ciento de las emisiones totales, de las cuáles el noventa y cinco por ciento procede del transporte por carretera.

Por este motivo, tienen tanta relevancia las políticas de movilidad implementadas por las compañías con el propósito de reducir la huella de carbono.

Medidas a fin de que el transporte sea más sostenible:

  • Instaurar medidas que promuevan el uso de medios de transporte más eficientes:

Ofrecer ventajas a quienes asistan al trabajo en transporte público o colectivo, en bici o andando, …

-Capacitación en conducción eficaz.

-Reducir los viajes en aeroplano, apostando por las videoconferencias.

  • Impulsar el uso de comburentes alternativos:

-Introducir una flota de automóviles eléctricos, la pila de hidrógeno, los biocombustibles o el biometano.

  • Para el transporte de mercaderías promover el uso de tren y barco, en vez de carretera.

Referencia tomada de quironprevencion

 

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